REALISMO MÁGICO DE LA ARQUITECTURA MODERNA Y POSMODERNA EN EL SIGLO XXI.

Arq. Walter A. León Távara.


¿Y si les dijéramos a esas personas que la arquitectura no es nada de lo que ellas piensan sino música, simple música?

¿Qué dirán?

Que digan lo que quieran. Lo que nos interesa es que lo sepan.

Que estén seguros de que si un arquitecto les hace una casa ésta no solamente será sólida, confortable y lucrativa sino que tendrá música.

Arq. Héctor Velarde.

La Arquitectura en su mínima expresión, es la autonomía de los conocimientos arquitectónicos; en ese sentido es un fenómeno cultural, esencialmente físico-geográfico que se ocupa de la autonomía de los conocimientos arquitectónicos, que refleja el espíritu existencial de la sociedad de una determinada época como expresión de su medio.


La vigencia de la Arquitectura se circunscribe a tres categorías denotativas: Ciencia, Arte y Tecnología; no es simplemente una estructura de conocimientos, sino una actividad de investigación que se desarrolla en una determinada sociedad, porque además se involucra con la historia, los hombres y el tiempo; hay un aspecto conceptual, un aspecto empírico, un aspecto social y un aspecto histórico, este último materia de interés del presente artículo.

No tendría interés alguno que encabezáramos este artículo, centrado en torno a una lista de obras arquitectónicas, a un conjunto de conocimientos que no desembocan a instancias reflexivas superiores y; caer en excesos y reacciones inútiles. La visión de comprender que la arquitectura tiene un origen independiente y puro como la música, es difícil de entender, más aún cuándo sostenemos que la arquitectura es hacer arte, crear belleza con formas espaciales, puras, libres, abstractas, que en muchos casos no tengan nada que ver con las formas usuales de la naturaleza, no obstante reconocer que en el “principio de las cosas fue el ojo, luego la palabra”, es esencial.

La Arquitectura se organiza a partir de conceptos que son imágenes generales abstraídas de las percepciones, nuestra vida mental se inicia con percepciones –imágenes- que se relacionan mutuamente con los conceptos que se refieren a las relaciones, operaciones y transformaciones como cualidades de las cosas que mantienen su identidad a través del cambio.

El Pacto y el Animismo de la Ética.

La historia del pensamiento humano pone de manifiesto la estrecha relación y evidente separación en algunos casos entre la ciencia y las humanidades, los hombres no pueden vivir sin normas ni valores. Resulta obvio, que los orígenes de la ciencia con la ciencia actual difieren y contrastan, recordemos que el lenguaje visual fue determinante para el lenguaje oral en la representación de la civilización y en el proceso de acumulación de las cosas; la ciencia ha tomado múltiples responsabilidades, es el elemento esencial de la actividad humana, es el conector de la vigencia y legitimidad del saber de la sociedad.

Una de las muchas habilidades del hombre es su afán por investigar en el mundo del conocimiento las cosas y los hechos, el desconocimiento sobre la naturaleza de aquello conocido o por conocer; en ese sentido el ser humano, el arquitecto en especial, es un buscador empedernido, soñador y esclavo de sus propias ideas que trata descubrir por medio de sus conocimientos, experiencias y estudios, aquella luz mágica por alcanzar el punto de encuentro entre lo visible y lo invisible a nuestros sentidos, lo latente de lo inorgánico, la belleza en la armonía del espíritu y la materia, todo aquello que enaltece la inteligencia, sensibilidad y buen gusto por la vida de los organismos vivos. La ciencia es el arte de saber y no la técnica del conocer, es el oxigeno y no la vida de la civilización, es el motor del verdadero conocimiento; la ciencia busca la sabiduría y la perfección, pero todo ello no sería posible ni tendría razón sin el deleite de la iluminación y revelación de la ética.

Es preciso señalar que la arquitectura es expresión de su medio, en ese sentido la ética es la disciplina filosófica que estudia la moral del hombre en sociedad. José Ortega y Gasset (1) decía: “La moral no es una performance suplementaria y lujosa que el hombre añade a su ser para obtener un premio, sino que es el ser mismo del hombre cuando está en su propio juicio y vital eficacia”, en otros términos existe una estrecha relación entre la ciencia, la ética y la arquitectura, no podemos obviar la ciencia de la cultura de nuestros tiempos, muchos menos la ciencia de la ética; que no se puede sustentar realidades sin la preeminencia del hombre en el universo. Wilhelm Dilthey (1833-1911) sostenía que la filosofía carecía de valor si no se le relaciona con el hombre y con las situaciones o circunstancias determinadas, es el reflejo de la cultura y los valores inherentes a ésta; dio vigencia a la categoría de un horizonte determinado -a una época-, sostuvo el “espíritu del tiempo” (Geist Der Zeit) para explica el carácter histórico del hombre y su momento.

La filosofía de la arquitectura se localiza en los diferentes ámbitos de la vida cultural del hombre y esencialmente en sus valores. No obstante, la dualidad de expresión de una obra arquitectónica y la comprensión de la misma obra, son realidades posibles de entender la verdad y su tiempo; Hegel (2) decía: “la filosofía es su propia época captada en el pensamiento”; quién crea que los pensadores del pasado fueron tan sólo “productos de su tiempo” es indudable lo limitado de entender el sistema cultural del pensamiento, por lo tanto, el fin de la historia no significa entonces el fin de los sucesos o eventualidades, sino de la evolución del pensamiento humano.

Tiempo atrás, Pascal sostenía: “por el pensamiento, yo comprendo el mundo”, en ese andar la sociedad pre-moderna según Heller (3) estuvo definida por la jerarquización social establecida por el lugar en la estratificación social y el rol de función que cumplía los individuos, es decir la función establecida entre libres y esclavos estaba asentada por el lugar que les correspondían y por la función última; existía un modelo piramidal estable, en dónde se ubicaba la cúspide y se hallaba el monarca o el noble. Establecida por la relación de dominio basada en un sistema de creencia de cultura y religión, de ideas absolutas prohibidas de cuestionar ni probar. Está claro, la gente arrojada al mundo por su estrato o actividad propia de su status social, pero el mundo de esa época se resistió a dejarse transformar, el doble desencanto en el ámbito político e histórico ante el fracaso de los viejos métodos, la gente no era libre, sólo la cúspide era libre, los demás no eran libres; por naturaleza el esclavo nace esclavo, son estas las explicaciones dominantes de la sociedad pre-moderna.

La filosofía es la comprensión de la conducta de la vida y como ciencia de los valores, nos permite establecer las diferencias de pensamiento sobre la evolución de las sociedades, no obstante, la arquitectura como el recipiente físico, es el contenedor de la vida humana, que influye física y psicológicamente a comprender los principios del medio y el significado histórico que se oculta silenciosamente en su interior y es símbolo por su carácter de representación y manifestación ética y filosófica, es un fenómeno cultural. El arquitecto Louis Kahn (4) escribió que: “la arquitectura es lo que la naturaleza no puede hacer”, con ello, aduce reflexión sobre la cultura y los valores inherentes al hombre.

Con los racionalistas de la Iluminación se adquirió la libertad y con los románticos de dicha época se perdió la certidumbre, se inicia la responsabilidad de la persona, ya el ser humano no nace con una determinada función y ocupa un lugar en la sociedad, este nuevo renacimiento cultural favorece la estratificación social; el concepto de naturaleza cambia en múltiples actividades, existió una ebullición en el pensamiento humano de la época, los hombres se rebelan, lo natural se convierte en artificial. “Yo soy, yo existo”, René Descartes (1596-1650) pone énfasis en la razón como instrumento para llegar al conocimiento y a la verdad; el pensamiento ligado al pasado camina en una dirección y el futuro va naciendo en otra, la sociedad tradicional va cambiando.

Toda cultura se origina a partir de las narraciones, los métodos de conocimiento del pasado y del futuro son diferentes, existieron dos momentos cumbres con respecto a la libertad del pensamiento, obviamente recaen en la arquitectura como son: la Filosofía e Historiografía Greco-romana y la aparición del Cristianismo en el mundo, es decir, el principio de los principios, la causa última. Esta manera de concebir la libertad es el motivo y la razón de la sociedad moderna y; de manera especial la arquitectura moderna y posmoderna en el siglo XXI.

Pertenecemos a Occidente sin dejar de recordar Oriente, nos guste o no, el trabajo de la memoria colectiva con respecto a las colectividades humanas funcionan a partir de las conciencias colectivas y, a la medida de un discurso que legitima y avala la verdad aunque signifique una profanación de su misterio, la realidad ambigua y ambivalente: “realismo mágico”.

La sociedad moderna se sustenta en la Revolución Industrial, porque dio origen a lo que conocemos como el mundo moderno, según la Enciclopedia Británica (5) la Revolución Industrial encabeza la lista de los diez grandes acontecimientos, luego de las dos guerras mundiales, la revolución norteamericana, el descubrimiento de la electricidad, la revolución francesa, la teoría del origen microbiológico de las enfermedades, la publicación de Darwin sobre el origen de las especies, la invención del motor de combustión interna, la creación del telégrafo eléctrico y del teléfono, la decodificación de la estructura del ADN.

El mundo moderno se caracterizó por su “dinámica”, fue el factor determinante que a partir de los cuestionamientos de los valores tradicionales, lo que era cierto en la realidad, ya no lo es; hay una pérdida de fe en los valores antiguos, lo que era: justo, bueno, verdadero y bello, son cuestionables. Recordemos los momentos impactantes que se dieron - siglos IV y V a. C. y siglo I d. C.- a partir del colapso, surgió la clase social, especialmente este último con respecto al Cristianismo.

Todos los hombres nacen libres dotados de razón y conciencia, el mundo moderno considera que todos los hombres deben hacerse libres, emergen a la sociedad, se fundamenta en la certidumbre, modernidad sinónimo de libertad, es horizontal; hay cierto abandono por Dios y no tener destino, hay una mirada diferente, un espejo en donde el hombre se mira así mismo, es el momento de soñar, de obtener personalidad y ser humano.

Pero esta modernidad como toda cultura se encuentra establecida por narraciones importantes y primordiales; la modernidad nace en Europa, pero no es europea es compatible a todas las culturas, provenimos de la metáfora industrial, en el sentido, del proceso de entrelazar hilos en forma vertical -urdimbre- con otros hilos en forma horizontal -trama- que conforman una red compacta. Indudablemente, la sociedad moderna tiene su base en la sociedad pre-moderna, la historia es multifacética, hay situaciones y probabilidades, el fermento social es la libertad.

El Espíritu Absurdo de la Estética.

Esta libertad va acompañada de la estética que si bien fue usada en 1750, por el filósofo Baumgarten, para referirse a la ciencia del conocimiento sensorial, cuyo objetivo es la belleza -este sentimiento existió desde la aurora pre-histórica- en oposición a la lógica. La estética en el interés por la belleza forma parte de la interpretación acerca de la arquitectura en general, sin ella no podemos sobreponernos a las grandes e inevitables diferencias que experimenta la naturaleza de la arquitectura en las variedades de formas de arte; sobre todo en la arquitectura moderna y posmoderna en lo que atañe a las obras, los procesos de producción y goce de las obras y, algunos aspectos de la producción natural y humana según sus cualidades estéticas creativas de carácter constructivo, orgánico y sensorial.

Para Baumgarten, la estética (6) era totalmente intelectual: “la doctrina del saber consta de dos niveles: uno superior, el de la lógica, que indica al conocimiento intelectual; y el otro, inferior, el de la estética, que se ocupa del conocimiento sensible, es la ciencia del pensar ajustadamente y su objeto, la acción del pensamiento en cuanto se propone poseer un saber sensible, que sea equivalente o análogo del saber adquirido por medio de la razón”.

En el camino de la ética, la estética y el diseño, que conforman la unidad de pensamiento arquitectónico, la lógica como ciencia del pensamiento cultural se dedica al estudio de las leyes que rigen dicho pensamiento, porque se entiende que toda proposición sin significado es absurda y de ella no deduce relativamente nada. La Arquitectura hunde sus raíces en dos premisas o realidades inherentes a la existencia propia de la vida humana como son el hombre y el espacio y, se involucra según mi punto de vista en tres esferas (7) del saber humano: el mundo de los pensamientos, el mundo de los sentimientos y el mundo de las acciones, el arquitecto trabaja con “la mente, el corazón y las manos”.

Es evidente que la historia realmente enseñada en las aulas, pone de manifiesto que la percepción histórica popular no sólo se ha construido a partir de los manuales, hay otros lugares de la memoria –fuentes históricas- en general: obras arquitectónicas –monumentos y documentos-, iconografías, narrativas, rituales, festividades; a ello agregar los medios de comunicación rápida del siglo XIX y XX, en el uso, manejo y dominio de la historia, haciendo esta salvedad podemos interiorizar acerca de la arquitectura moderna y posmoderna.

Sobre el término modernidad, sabemos que nació en Europa y fue usada en la escolástica en el siglo XIII, para indicar la nueva lógica terminista designada como vía moderna frente a la vía antigua de la lógica aristotélica; en el sentido histórico, la palabra es usada actualmente por lo común, indica el período de la historia occidental que comienza después del Renacimiento, a partir del siglo XVII. Para algunos historiadores, el término pos-modernidad es la comprensión modernista de la modernidad, no es un período histórico, en otros términos viene hacer la perspectiva posmodernista sobre la modernidad. La arquitectura moderna se estableció a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, como reacción al supuesto caos y el espíritu ecléctico de las diversas revitalizaciones de formas históricas, la premisa fundamental se centraba en que cada época del pasado poseía un estilo propio como expresión verdadera del sentido de su tiempo.

Ninguna ciencia puede crecer sin definición, la arquitectura moderna se afirma por los medios de la construcción, sus formas son depuradas de las reminiscencias históricas y sus significados son armonizados con los mitos y experiencias modernas; su moral entraña una clara visión sobre el progreso humano y sus elementos son susceptibles del impacto de la máquina sobre la vida y cultura del hombre. Toda conciencia es conciencia de algo, entre 1890 y 1920, surgieron un conjunto de estilos o géneros arquitectónicos, en ese sentido el estilo internacional es el fenómeno perceptivo que afectó a los objetos aislados y al vacío físico existente de las sensaciones y sentimientos del mundo objetivo de aquella época, como lenguaje expresivo de volúmenes simples y flotantes, de geometrías rotundas compartidas por arquitectos tan diferentes como: Le Corbusier, J. P. Oud, Gerrit Rietveld, Walter Gropius, Frank Lloyd Wright y Mies van der Rohe, estos arquitectos estaban convencidos de que una auténtica arquitectura sólo podía consistir en la racionalización de hechos objetivos, se negaban a cualquier veleidad de intención formal; el mismo Mies van der Rohe (8) decía: “nos negamos a reconocer problemas formales, sólo reconocemos problemas de construcción”, en ese sentido son en primer lugar, un elemento de conciencia y de prejuicio por el mundo y; en segundo lugar, de creencia por el sentido del objeto –óptica y geometría- pleno y determinado.

El Credo Antropológico del Diseño.

La invención del cálculo infinitesimal fue una contribución formidable al progreso de la civilización moderna, fue la matemática la que ha permitido al hombre la construcción de grandes obras arquitectónicas, los progresos de la geometría descriptiva logró el perfeccionamiento de los proyectos, no obstante el progreso de la técnica que permite afinar los razonamientos constructivos y funcionales, se ejerce la crítica a la rectificación y restricción de las reglas tradicionales. La rebelión contra la tradición constituye el carácter común más importante, tiene por encima de todo el significado polémico de rechazo al particular equilibrio entre el repertorio estilístico tradicional y la técnica tradicional; la cultura arquitectónica va experimentando en torno a las nuevas posiciones de vanguardia – Eclecticismo, Art Nouveau, Deutscher Werkbund, Reforma de las Artes Figurativas, Cubismo, Expresionismo, Purismo, Dadaísmo, Futurismo, Neoplasticismo, Constructivismo y otros- y son determinante para la definición del nuevo lenguaje arquitectónico, sus experimentos son anticipaciones demostrativas de los problemas que el movimiento moderno enfrentó en el campo del diseño.

El Movimiento Moderno fue el reflejo de un cambio en la visión que el hombre tenía del mundo como un todo, la modernidad fue la nueva ética en dónde se alojaban tres lógicas representativas como fueron la tecnología, el mercado y la política, que se sustentan, se contradicen y no se determinan, interactúan, no obstante el nuevo contrato social moderno en que la ciencia es la explicación dominante del realismo mágico de la arquitectura. Los cambios sociales, políticos y económicos produjeron innovaciones filosóficas y científicas, propiciando el colapso gradual de los sistemas tradicionales y valores unitarios, no sólo en términos de poder sino de supervivencia, así mismo, el espíritu de desafío fue una motivación significativa en cuestión de rechazar el pasado y de aceptar el nuevo espíritu.

El Arte moderno intenta reflejar los aspectos humanos y sociales, convirtiéndose a principios de siglo en una explosiva fuerza liberadora frente a la opresión de premisas aceptadas a ciegas. La experimentación se convirtió en método de trabajo en el estilo de pensamiento racional e irracional contra la tradición y el autoritarismo; fuerte motivación por los conceptos, teorías e ideas condicionadas en programas y manifiestos declarativos.

El siglo XIX, por el avance de la ciencia y la tecnología contribuyó a la creación de la división técnica del trabajo, ofreció cambios en la actividad humana diaria, se revolucionó la manera de vivir de las personas, la construcción era ornamentada, en tanto el siglo XX, se habla de la técnica, entre los años 20 al 60, la visión e interés por la arquitectura se inclinaba por el “Espacio, la Función, la Forma y la Técnica”, la arquitectura moderna rechaza la imagen se interesa por la abstracción, no obstante su fórmula mágica: espacio interior–volumen-espacio exterior, es determinante, la función es la esencia de la arquitectura, la relación forma – espacio es fundamental, no hay espacio cerrado, sino espacio existente; la forma del edificio crea la forma del espacio, la forma es un reflejo del edificio.

El espacio constituye el ámbito de la arquitectura en el intento por alcanzar lo trascendente, se afirma como un todo, en un absoluto y forma parte de un complejo sistema de relaciones, la forma es estricta definición del espacio. El espacio es el protagonista en el discurso moderno, la forma está compuesta por la arquitectura, en dónde la totalidad es dominada por las partes, tiende a realizarse, crean un mundo que actúa y reacciona, en ese sentido Focillon (9), sostiene: “un edificio no es una colección de superficies, sino un conjunto de elementos cuya longitud, anchura y profundidad se armonizan entre sí de cierta manera constituyendo así un sólido inédito, que comporta un volumen interno y una masa exterior. Sin duda, la lectura de un plano dice mucho, permite conocer lo esencial del programa y permite a un ojo experimentado captar las principales soluciones constructivas”, encaja en la lógica del pensamiento moderno expresada en el sistema cartesiano de concebir la estructura del objeto, la lógica orgánica de impresión pura, perceptible y pensable, la relación del todo con las partes, la comprensión sistémica y finalmente, de origen por la abstracción.

La legitimación de los relatos es fundamental, legitimar es autorizar, validar, instaurar el orden legal; la modernidad permitió un previo orden natural mientras en la lógica pos-moderna, no hay validez, sólo se encuentra en el juego de la ciencia, sujeto de reflexión. En la modernidad, se concibe la idea del héroe que decide la legalidad política y científica, así por ejemplo en el caso de los “comics”, los personajes con grandes poderes, héroes con capacidades destructivas contaban con tecnología moderna necesaria para enfrentar el mal, tenemos a Iron man, tenía trajes que lo hacían invencibles; Superman, llegó del planeta Kriptón que tenía un desarrollo tecnológico avanzado; Batman contaba con toda clase de vehículos de avanzada y su arquitectura la famosa “baticueva” con más tecnología que la “Nasa” y sin olvidar a la mujer Maravilla y su sorprendente avión invisible, al fin y al cabo, héroes, no obstante, el héroe en la modernidad fue el pueblo, el orden público, es el símbolo de la libertad.

Los comics en la pos-modernidad, son distintos, ya no hay héroes, no se presenta la admiración por la innovación científica y tecnológica inclusive es tomada en burla en lugar de respetarla. Este fenómeno perceptivo en el caso de Beavis y Butt-head son ejemplos claros, que los héroes y la tecnología ya no están de moda. La tecnología existe, pero ya no se admira, estos peculiares personajes suelen sentarse horas en un sofá frente a la televisión, con un teléfono al lado, hacen zaping y llaman a hacer bromas pesadas a quienes se les ocurra, como advirtiéndonos de una forma divertida sobre los peligros de la tecnología, resulta hasta cómico ver el cambio que han sufrido nuestros valores. En lugar de héroes que luchan por el bien, los modelos actuales son los llamados anti-héroes, que tales como Beavis y Butt-head -cara de poto-, hacen burla de la sociedad.

Otro fragmento pos-moderno, es el caso de Bart Simpson que se desarrolla en el contexto familiar en dónde las discusiones suelen ser económicas. Dicho personaje, refleja la realidad de una típica familia norte-americana, en dónde los sueños de los hijos se ven desvanecidos por la negligencia de los padres y la falta de dinero por un trabajo no muy bien pagado. Así mismo, el caso de Johnny Bravo hace burla de la vida cotidiana, de los galanes y de la vida citadina, pareciera que sólo él puede tener tiempo para coquetear, dado que los demas personajes, principalmente las mujeres están muy ocupadas, inundadas de trabajo en su centro laboral. La sensación pura de mensajes vehiculares y descifrados, como el caso del “High-Tech”, con la aparición de los “Transformers” y los “Gobots”, de admiración por la tecnología más avanzada se muestra -a diferencia de la modernidad-, en la noción de la intencionalidad, el saber primordial de la realidad ya no son los héroes, como aquello que se funda para siempre en nuestra idea de verdad; finalmente Shrek en su última versión sobre su mundo mágico de ilusiones y contradicciones o en el caso de Harry Potter, con sus aventuras de pensamiento primitivo bajo el realismo mágico de sus orígenes míticos.

El inicio del debate es agudo y valido en la sociedad contemporánea entre modernidad y pos-modernidad, en la cual se establece un supuesto fin, de juicio sobre la civilización en su conjunto, se cuestiona la civilización moderna a partir del siglo XVII hasta el siglo XXI, a propósito Habermas (10) señala a su vez de un crítico de un periódico alemán con respecto a la Bienal de Venecia en 1980, que “la pos-modernidad se presenta claramente como anti-modernidad”, la referencia entre moderno y clásico ha perdido vigencia y alterado la legimitación histórica fija. La teoría pos-moderna apunta al balance del saber: la ciencia y el conocimiento, rechaza el estado actual de los conocimientos, trata de anular los grandes relatos de legimitación de los conocimientos y del poder, en cambio, comienza una nueva época –posmoderna- de la incredulidad frente a los meta-relatos, no se cree más en la metafísica, en la filosofía de la historia, ni en el espíritu moderno como diría Connolly (11) respecto al movimiento moderno: “fue una mezcla de ciertas cualidades heredadas de la ilustración: lucidez, ironía, escepticismo, curiosidad intelectual, combinadas con la intensidad apasionada y sensibilidad exaltada de los románticos, su rebelión y sentido de la experimentación técnica, su conciencia de que vivían en una época trágica”; en contra de la modernidad se intenta hacer un juicio sobre la época, de romper la relación: “Hombre-Ciencia-Historia”, predominada por la racionalidad moderna, las utopías nacieron muertas desde su concepción, hay una revolución en la revolución.

Es ilustrativo señalar al arq. Roberto Fernández, quién sostiene en su investigación “Constelaciones excéntricas” realizado durante 2002-3 en la Universidad Argentina John F. Kennedy, dice: “En este sentido, las referencias regionales –por ejemplo, las relativas a América Latina- no se presentarán en torno de sus supuestas diferencias radicales (a la usanza de las viejas teorías político-culturales de la dependencia o estético-discursivas del realismo mágico) sino como un territorio más de aquellos que procesan los materiales posmodernos hechos civilización (las lógicas proyectuales, en el campo arquitectónico) frente a las problemáticas específicas en cada caso, incluso dentro de la vastedad y variedad de escenarios que fragmentan y complejizan la noción abarcativa América Latina, generando entonces prácticas pos-posmodernas orientadas a la contextualidad cultural (mediante eso que llamamos nudos proyectuales en arquitectura, diseño y comunicación en general)”.

Así mismo, en la introducción del mismo texto señala: “Es ya evidente que la civilización o superestructura ideológico-cultural que la posmodernidad tendió a ofrecer al montaje expansivo del neocapitalismo, bajo la forma de la globalización, contiene a la vez, tanto un aspecto de universalización –como un elemento más dentro de la lograda homogeneización del gusto-consumo neocapitalista globalizado– cuanto características deficitarias en cuanto a su efectiva entronización como aparato discursivo omnicultural, habida cuenta de la fragmentación multicultural que se vislumbra a inicios del siglo XXI y que trabajosamente puede encajar en un modelo comprehensivo, en el sentido de desarrollo de un discurso neo-posmoderno capaz de absorber y procesar una welt-kultur (o cultura-mundo) hecha de trozos de diversas procedencias micro-culturales, calidades técnicas y estéticas muy variables e inserciones no siempre razonables (o rentables) en el mundo del intercambio mercantil”.

Sabemos del fenómeno de la arquitectura “cool”, no obstante así como las personas interesadas no se dejan encasillar por la moda; no es lo que está de moda, sino lo diferente: lo que se estrella con violencia estrafalaria contra el ambiente en donde se encuentra, que descifrara los jeroglíficos del futuro de la arquitectura. Esta contra-cultura se registra no sólo con el lenguaje sino además con la escritura de hacer arquitectura, recordemos que al igual en 1482, se llegó a la conclusión de que era imposible la cuadratura del círculo, así mismo es imposible la objetividad; el destacado escritor José Saramango (12), afirma: “Creer que un hecho es un hecho y que con esto se cierra la puerta, que la subjetividad está excluida, es un error porque si el lenguaje es un ejemplo de subjetividad y sólo con el lenguaje se puede explicar un hecho, este ya es subjetivo”, prosigue cuando insiste que: “Una imagen vale más que mil palabras no es cierta, el mismo acto de fotografiar se hace de forma distinta, aparece en un cuadrado y parece que el mundo se acaba allí y lo que se hace es subjetivar la imagen” termina diciendo; podemos decir lo mismo acerca del realismo mágico de la arquitectura moderna y posmoderna en Latinoamérica, en el principio de las cosas fue el ojo, luego la palabra.

Finalmente, en el caso del Perú el escritor Alberto Salvat (13), sostiene: “El Perú, como país mestizo que le da la espalda a muchas de sus verdaderas riquezas, no puede manifestarse únicamente a través de una cultura. Es tan ridículo como decir que somos descendientes de culturas milenarias y por lo tanto la nuestra es una identidad andina. La humanidad es otra. Sería tan ridículo como si los egipcios contemporáneos quisieran volver al sistema de las pirámides, muy elogiado por la historia pero parte ya de la ficción”.



Notas.

1 Ortega y Gasset, sostiene que el hombre es un ser moral, que un hombre desmoralizado es simplemente que no está en posesión de sí mismo, que está fuera de su radical autenticidad. “Ética”, de Gustavo Escobar Valenzuela. Mc Graw-Hill Interamericana editores, cuarta edición, introducción, México, año 2000.

2 Kaufmann, Walter, “Hegel”, página 24, 1985.

3 Agnes Heller, conferencia: Ética, sociedad y cultura, 21 de abril del 2003, organizada por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.

4 Louis Kahn, “Remarks”, en Perspecta, the Yale Architectural Journal, número 9-10, 1965, página 305.

5 Diario El Comercio, Lima 4 de octubre de 1993; en la ciudad de Chicago con motivo del 225 aniversario de la Enciclopedia Británica, se elaboró una serie de inquietudes y preguntas como: ¿Qué hecho tuvo mayor significación: la llegada del hombre a la luna, la invención del avión, la invención de las computadoras o la revolución industrial? La Enciclopedia Británica fue fundada en 1768 por la “Sociedad de Caballeros” de Escocia, los miembros aunaron esfuerzos financieros y humanos para crear un “compendio de conocimiento” para el mundo de habla inglesa.

6 Jorge Glusberg, en su texto: “Orígenes de la modernidad”: moderno-premoderno: De Perrault a Rimbaud; página 34, editores Emecé, 1994; Buenos Aires, Argentina. Interesado por los antecedentes de la modernidad y de sus manifestaciones iniciales en el amplio marco histórico entre el siglo XVI y el XIX; dispuesto a difundir el apogeo y caída del modernismo y a la sucesión posmoderna.

7 Walter A. León Távara, artículo “El Sentido Cultural del Poder del Espacio en la Arquitectura”, URPI, revista de Humanidades de la Universidad Ricardo Palma, página 44, año VI, número 5, Lima, octubre del 2003. Dispone de una visión holística por la cultura arquitectónica a partir de un enfoque integral e integrado, en dónde la ética juega un papel preponderante en la interpretación de la arquitectura en sus diversas manifestaciones culturales, una visión elevada de insertar a la arquitectura en la influencia y sistema del poder sobre el individuo más allá del tiempo y del espacio, en una categoría de análisis filosófico en dónde el objeto tiene espíritu y la disciplina de la arquitectura, se ubica por la búsqueda de un metalenguaje en los límites del campo visual y en la fuerza de lo visible y lo sensible de la arquitectura.

8 Colin Rowe, “Manierismo y Arquitectura Moderna y otros ensayos”, página 64, editorial Gustavo Gili, 1999.

9 En el ensayo escrito por Henri Focillon, “La Vida de las Formas”, en Francia, 1942; presenta un conjunto de prejuicios clásicos y el retorno a los fenómenos de las formas, de manera ligera especula acerca del mundo de las formas en la interpretación de la obra de arte que se sumerge en la movilidad del tiempo y pertenece a la eternidad.

10 En la modernidad, un proyecto incompleto ensayo de Jurgen Habermas, en el texto “La Pos-modernidad” con selección y prólogo de Hal Foster, editorial Kairós, Barcelona, España, octubre, 1985. Sostiene que en la Bienal de Venecia se admitió a arquitectos, pintores y cineastas, fue de decepción al punto de considerarla –la exhibición de los trabajos-, como la vanguardia de frentes invertidos, describiendo según el autor de la nota, como la nueva corriente emocional de nuestro tiempo que ha penetrado las esferas de la intelectualidad, colocando al día las teorías de la post-ilustración, pos-modernidad e incluso post-historia.

11 Cyrill Connolly, aborda en su texto “Cien libros clave del movimiento moderno, 1880-1950”, fondo de cultura económica, México, 1993; con aguda interpretación el movimiento moderno en el inicio en contra de los burgueses en Francia, los victorianos en Inglaterra, el puritanismo y materialismo de los Estados Unidos; en la selección de las mejoras obras literarias de la época, declara que el realismo no basta y que en éste nada hay específicamente moderno, que a menudo viene acompañado de una documentación indigesta y de una técnica poco imaginativa.

12 Cabe destacar la figura del Dr. José Saramango, Nobel de Literatura de 1998, en su conferencia: “Información, la cuadratura del círculo”, organizado por la Agencia EFE, en la Universidad Menéndez Pelayo, Madrid, España. Con brillante lucidez desamarra viejos nudos sobre el papel de la prensa con respecto a la información y sobre todo a la cultura, de la cual no se escapa la arquitectura.

13 ¿Pero es que existe una cultura peruana?, a cargo de Alberto Salvat, es el comentario de la semana aparecido el 01/08/04 en diario El Comercio, con una visión peculiar, propia de los nuevos tiempos invita a la reflexión sobre nuestro devenir.





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